jueves, 17 de marzo de 2016

Capítulo XVIII. La Habana (últimos días)


(Del 17/02)

Último y tramo de las vacaciones. En poquito más de 14 horas sale nuestro vuelo de regreso. La tarde está bastante agradable, sopla fresquito y está soleado.

El lunes aprovechamos para descansar sin poner el despertador tan temprano, luego del viaje que nos dejó en La Habana cerca de las once de la noche. Luego de desayunar, sin tanto apuro, fuimos a tomarnos el bus turístico de Havana Tour, que sale 10 CUC cada uno. El paseo valió la pena. Cubre todos aquellos aspectos sobre la historia del patrimonio urbano de La Habana que, sintéticamente, no habíamos llegado a conocer, lo mismo que varios sectores de la ciudad por los que no habíamos pasado antes.

A la noche fuimos a cenar a un restaurante que ya nos había recomendado nuestra anfitriona la primera vez que estuvimos en la casa. "Los reyes del potaje" resultó tener rica comida, así como también tragicómicas escenas que sucedían en las otras mesas.

El martes, para variar, conseguimos un desayuno más surtido y potente. Facturas de la panadería "San Jorge", a un par de cuadras de Plaza de armas, en La Habana vieja.

Una vez conseguidas las entradas en una librería cercana, nos fuimos rumbo a nuestro plan del día, visitar la XV edición de la Feria Internacional del Libro en La Habana, con Uruguay como país invitado.
Antes de ir a la Feria, pasamos por la Biblioteca Pública "Rubén Martinez Villena" a despedirnos de las tan entrañables colegas bibliotecarias, Leonora y Mercedes, que habíamos conocido en nuestro segundo y lluvioso día en Cuba.

Al llegar a la Feria del Libro, organizada este año en el histórico Castillo del Morro, lo primero que llamó la atención era la incontable cantidad de asistentes que ingresaban al predio, sumados a todos los que se encontraban dentro. Es que la entrada no sólo estaba a precios populares, sino que era un precio realmente bajo. 3 pesos nacionales, lo equivalente a ¡20 centavos de Argentina!
Comparada con la organización, distribución y exhibición de los stands, la Feria del Libro de La Habana se hacía algo más complicada de recorrer y encontrar libros de interés.
Como fuera, faltando poco para las cinco de la tarde (siendo que a las seis terminaba el horario de venta de libros) y habiendo comprado sólo dos libros, sucedió un encuentro que permitió que la Feria del Libro no pasara sin pena ni gloria para nosotros.

Sabiendo que sería una lotería reencontrarnos con él allí, compartir otras dos horas con Adrián Guerra fue de lo mejor del martes. Director de la Biblioteca Pública "Rubén Martinez Villena", especialista de la promoción de la lectura infanto juvenil y con 42 años de experiencia en el oficio, Adrián es de esas personas que realmente vale la pena conocer. Luego de conversar de todas nuestras experiencias recorriendo casi toda la isla y de mil cosas más, tuvo la gentileza de acompañarnos al stand de la editorial Letras Cubanas y de recomendarnos varios títulos y autores interesantes que nos eran desconocidos. Luego de despedirnos de Adrián, deseándole suerte en una importante beca a la que está aspirando, nos preparamos para irnos de regreso a la casa.

Fue en ese momento que empezó la parte menos grata de la historia de lo que ocurrió ayer. Producto de comer un poco de una brocheta mal cocida que comí mientras entrábamos a la Feria, comenzó un malestar que se fue agudizando y empeorando cada vez más, con diarrea, vómitos y fiebre. Dado que el cuadro de intoxicación no cesaba, hubo que acudir a la clínica de guardia y luego de la atención médica (muy buena y atenta), a descansar.
Para evitar disgustos y contratiempos, fue lo más inteligente, hoy miércoles, que darse a descansar y reponerse del todo (considerando además, que tampoco Silvina resultó ajena a esas afecciones), ya que en pocas horas debemos tomar el avión de regreso a Argentina.

Así terminan estas inolvidables vacaciones por Cuba y las crónicas de viaje que estos whatsapp han representado (con todo aquello que pueda haber quedado en el tintero, pendiente para cualquier momento y encuentro).

miércoles, 16 de marzo de 2016

Capítulo XVII. Playa Girón


(Del 14/02)

Ya abordamos el micro (bus, gua gua, el Vía Azul o el Yutong, le diría cualquier cubano) de regreso a La Habana. Nos hospedaremos nuevamente en la casa en la que estuvimos al llegar al país, al comenzar las vacaciones.

Hay tanto que relatar de nuestras experiencias tan notables y bellas de estos dos días en Playa Girón, fue tanto lo que lo disfrutamos que antes de comenzar siento que me faltarán las palabras para expresarlo todo.
La vívida cantidad y calidad de asombrosos peces que vimos, fue una fiesta para los sentidos sólo igualada a la de compartirlo todo con el amor de mi vida y compinche para todo, celebrando hoy (14/02) que estamos enamorados de habernos elegido.

Sobre todas las cosas, el increíble y diminuto tamaño de algunas aves que vimos fue acompañado por la calidez del enorme corazón de nuestros anfitriones, Carlos y Coralia, junto a sus hijos. En su casa, no nos sentimos turistas; fuimos viajeros y especialmente amigos, en un ambiente de confianza y confraternidad.
Pero ya es suficiente calificativos de lo gozoso que fue todo; a darle pie al relato.

Llegamos el viernes a eso de las siete y cinco (20 minutos antes de lo establecido), ya oscurecido y ni nos dimos cuenta debido a lo inexistente de la terminal. Sucede que Playa Girón es pequeño. Inmediatamente después de dejar las mochilas, nos sentamos a cenar la comida que pedimos y nos prepararon en la casa. Tanto los desayunos, como los almuerzos y las cenas fueron dispuestos con una abundancia desbordante en sabrosura y consideración.

Ya en la cena, Carlos (nuestro anfitrión, que nos fue a buscar con un Jeep Boogie con el que trabaja) se demostró muy afable y conversador, proponiendonos varias de las cosas interesantes para hacer en Girón y que de inmediato confirmamos para hacer. La excursión más inmediata que haríamos fue ir a bucear, por lo que en pocos minutos vino a la casa Alexander, el guardavidas de la Cruz Roja cubana con el que arreglamos para la mañana siguiente.

Ni Silvina ni yo (a pesar de mi experiencia de 10 años como nadador) habíamos buceado nunca y "La Cueva de los peces", situada a 17 kms de Playa Girón sería el lugar indicado para nuestro debut.
Luego de que nos instruyeran sobre lo teórico y básico para bucear, ya estábamos listos para zambullirnos. No sin ciertas dificultades previsibles para adaptarse que subsanamos rápidamente, el panorama de vida que allí debajo se abrió ante nuestros ojos fue narcotizante. Peces plateados con franjas doradas verticales, otros de cuerpo mayormente violeta, negro y azul oscuro con la cola de color verde y amarillo fosforescente, gusanos de mar, adheridos a las piedras del lecho marino, largos como un brazo que contraen y expanden una boca atemorizante. Azorados contemplando todo eso mientras nos desplazábamos, un instructor los atraía arrojándoles alimento, mientras otro nos fotografiaba con una cámara especial.

Supusimos que eso sería todo y pronto descubrimos que faltaba mucho más. Un numeroso pelotón de buceadores con sus instructores se nos sumó, yendo todos varios metros más profundo que al principio. Un mero de 20 kilos fue la atracción que se sumó a la variedad marina imperante.

Ni fatiga física ni respiratoria; fueron los diferentes niveles de presión en los oídos que sentí lo que no logré dominar y me llevaron a indicarle al instructor la señal de "quiero dejar de bucear".

5 minutos después de volver a la orilla, regresó Silvina y nos fuimos ahí mismo a hacer snorkel. Quien imaginaria ver la misma riqueza y variedad de peces apenas metido en el agua. De locos. Como si fuera poco, continuamos con el snorkeling en una cueva de 25 mts de profundidad (la más honda de toda Cuba). Unas merecidas hamburguesas a las 14:30 nos devolvieron energías para volver con todo a la casa.

Descansamos, paseamos y comimos un cucuruchito de chocolate en Copelita. De regreso en la casa, la generosa charla con Coralia nos permitió una visión más profunda del presente en Cuba. El bajísimo monto de un salario promedio (300 pesos nacionales), el altísimo costo de la compra de materiales para la construcción, de los autos, son algunas de las variables en el cuadro de la carestía galopante que padecen los trabajadores cubanos. Es imperiosa la necesidad de replantear una transformación revolucionaria de la organización social cubana, de la mano del desarrollo de una alternativa de poder de las mayorías laboriosas de América y del mundo. Nuevamente, que la crisis la paguen los capitalistas. Inclusive la charla ameritó que le contara a Coralia de que modo las iniciativas del Partido Obrero y del Frente de Izquierda como el proyecto de 6 horas para enfermería en Bs As (ya que esa es su profesión), son una punta de lanza de la acción de los trabajadores contra el ajuste kirchnero-macrista.

Notable fue también la maqueta del proyecto escolar del hijo menor que se encontraba luego de entrar a la casa. Representaba el ataque del invasor imperialista a Playa Girón en 1961 y en un extremo, manuscrito el relato de los testimonios de la abuela del muchacho, sobreviviente a duras penas al ataque perpetrado contra la población indefensa. La solidaridad y la decisión para repeler la invasión imperualista, marcó un precedente histórico para todos los movimientos revolucionarios de América Latina.

Tempranito, a las 6:45 de hoy domingo, emprendimos con Carlos una expedición muy especial, fuente principal de su trabajo. Fuimos a hacer avistamiento de aves. La paciencia y los extensos senderos recorridos fueron enormemente retribuidos con el festival de variadas aves que observamos desde distintos sitios. A papá le encantaría experimentarlo.

Vimos a palomas perdices (tienen plumajes gris y en la cabeza, un "gorrito" celeste con franjas blancas y negras), pájaros carpinteros, Aura Tiñosa (un ave carroñera muy grande), unos búhos particularmente pequeños que al rascarles Carlos el tronco de la palma muerta que habitan, se asoman para ver quien es... En fin, muchas especies más fotografiamos y vimos con los larga vistas.

Y claro, la jornada tuvo su plato fuerte. Logramos ver al Tocororo, el ave nacional de Cuba (su plumaje tiene distribuido los mismísimos colores de la bandera nacional) y largo rato al Zun Zuncito. El colibrí más pequeño del mundo es un espectáculo digno de descubrir y por el cual viajar a Playa Girón.

Como si todo eso hubiera sido poco, tuvimos tiempo de ir al Museo de Playa Girón, en el que se exhibe detalladamente la resistencia de la revolución cubana a la arremetida de la invasión yanqui en el '61 y de hacer algo más.

Dos horas antes de irnos fuimos a Caleta Blanca (acá creo que me falla la memoria con el nombre). Un recreo turístico hermoso donde pudimos darnos un último baño en el Mar Caribe (esta vez si lo fue, no como cuando estuvimos confundidos en Playa Guardalavaca en Holguín, donde en realidad nos metimos en el Atlántico).

Calurosas despedidas, Baglietto sonando en el micro, 20 minutos para llegar a La Habana ¿Qué más se puede pedir?

lunes, 14 de marzo de 2016

Capítulo XVI. Cienfuegos



(Del 12/02)

Estamos a la terminal, en la sección de Vía Azul. Ya nos vamos de Cienfuegos. Llegamos muy temprano para hacer el chiclín de admisión de nuestros pasajes. 40 minutos antes de la hora que pide la empresa para hacerlo. Sucede que hicimos un paseo muy lindo en taxi y nos pareció lo mejor salir con todos los equipajes para que a la vuelta nos deje acá.

Se terminó nuestra estadía en Cienfuegos y la pasamos muy bien, nos gustó mucho la ciudad. Hoy hicimos la excursión a "El nicho", uno de los paseos a un entorno natural que no hay que dejar de hacer al visitar esta ciudad.

"El nicho" es un parque natural con el atractivo de unos saltos y cascadas en distintos niveles en los que se puede zambullirse y bañarse. El entorno que se recorre de principio a fin es de una belleza notable; una espesura de vegetación con la cual podría uno fundirse hasta ser una rama más, un insecto más entre medio de todo ese secreto lleno de vida.

Las aguas, una vez que nos metimos, se descubren realmente fresquitas aunque no frías y la cascada cae con fuerza, una vez que te metes debajo. El paseo tuvo un costo alto (45 CUC el taxi, 9 CUC la entrada de cada uno al parque y otro tanto del paladar del Estado -que resultó buenísimo- en el que almorzamos), pero realmente valió la pena, por la hermosa tarde que pasamos.

A diferencia del trazado urbano aparentemente caótico de Camagüey o las diagonales y rectas de Trinidad, Cienfuegos está dispuesta como una tradicional cuadrícula. Contraria a la impresión que nos llevamos al principio, la casa de familia en la que nos quedamos nos agradó bastante. Uno de sus habitantes, que al principio nos vio con desconfianza, terminó por hacerse amigo nuestro durante el desayuno. "Suqui" (o como fuese que se escribe su nombre), el perrito color rojizo, tipo bachicha, tuvo el atrevimiento en la noche anterior de acostarse sobre una sabana blanca recién lavada.

Sorprendentemente, salir a pasear por las calles céntricas de Cienfuegos, considerando lo desoladas que estaban, es muy tranquilo y por sobre todo seguro. Una tendencia que corroboramos en todo Cuba; se puede caminar relajado por prácticamente cualquier calle y Ciudad sin ningún temor. Una de las tantas conquistas de la revolución que se mantienen al día de hoy.

Para la cena de anoche, el pequeñito restaurante junto a la costanera (bellísimo a esa hora, tanto durante la tarde al haber visto posadas sobre unos troncos cortados sobre las aguas a unas gaviotas e inclusive ¡a tres pelícanos enormes!), nos salvó de no encontrar nada para ir a comer. Unas brochetas muy bien asadas y unos gatitos que jugaban entre unas macetas, fueron otra satisfacción de la noche.

Ya preparados entonces, saldremos a las 17:45 rumbo a Playa Girón, donde estaremos también un día y medio.

viernes, 11 de marzo de 2016

Capítulo XV. Trinidad (segunda parte)


(Del 11/02)

Sigo escribiendo y contando sobre el día a día del viaje, a pesar de que en 21 días sólo tuve conexión 10 minutos. En algún momento llegará la conexión y se enviarán.

Hace media hora nos fuimos de Trinidad y ya estamos de viaje a Cienfuegos. El día está lindo, soleado y no tan fresco como las mañanas anteriores.

Ayer a la mañana visitamos uno de los museos más interesantes de Trinidad, el de la lucha contra los bandidos. El nombre del museo y lo que en sus salas se exhibe, alude al período posterior a la revolución en el que se organizaron milicias estudiantiles y obreras para combatir y aplastar a la contra integrada por la burguesía cubana y financiada por la CIA. Hay salas dedicadas al desarrollo y a la eficacia de las milicias revolucionarias en frenar a la reacción, como también otras salas dedicadas a las armas, insignias e inclusive comunicados oficiales de la contra de aquel entonces. Ejército cubano anticomunista, Alpha 66 y porquerías por el estilo, con comunicados tan reaccionarios y de una concentración de macartismo que rozaban lo burdo. Como el museo está instalado en lo que era la iglesia principal de la ciudad, pudimos acceder al mirador, con una vista muy linda y amplia de Trinidad.

Al mediodía se nos ocurrió probar con un restaurante diferente para ir a almorzar (de los precios carísmos, la regla en Trinidad, no pudimos escapar. "1851" no se cuanto, su nombre y fue tan, pero tan malo, que ni vale la pena acordarse de los pormenores. Lo cierto es que confirmó nuestra máxima en las vacaciones: "restaurante bueno encontrado no se abandona"; así fue que para la cena volvimos a "Bella Trinidad", lo mejor para comer allá.

Como el sol estaba muy intenso, luego de buscar un museo sobre religión afrocubana (que se llama "Omi Oñi, si no lo leí mal) que anunciaba la guía pero que resultó que no estaba en ninguna parte, nos fuimos a descansar.

jueves, 10 de marzo de 2016

Capítulo XIV. Trinidad



(Del 09/02)

¡Buenas noches! Acá son las siete y veinte y hace poco más de media hora que anocheció.

Segundo día en Trinidad y el tiempo está agradable, fresquito, pero no frío como anoche. Hace un rato jugamos tres partidos de dominó en una mesa que está del lado de afuera de la pieza, junto a la ventana, con el juego dispuesto. Silvina me ganó tres a dos (de cinco partidos) y nos acordamos de aquellas escenas en algunas plazitas de Santiago de Cuba en las que el dominó se juega con mucho fervor (tanto como el truco en nuestro país), con mucho público alrededor y al perdedor se le cuelga del cuello un cartel con el epíteto de "pato" (¡!).

Acá en Trinidad hay una concentración notable de turistas (en su mayoría de Europa y otros de Canadá) y eso incide en que Trinidad sea la tercera ciudad cubana con mayor afluencia de turismo y al mismo tiempo, carísima para prácticamente todo.

Hoy a la mañana hicimos una excursión muy interesante, al Valle de los ingenios. De esa zona visitamos primero la casa hacienda Guáimaro, del que fue un criollo potentado al punto de tener esa estancia con la zafra en la que 360 trabajaban la caña de azúcar. Luego la Torre Manaca Iznaga, desde la que se accede por escalera a unas vistas panorámicas increíbles de los alrededores. A continuación visitamos otra gran finca, "San Isidro de los destiladeros", en la que las ruinas de la gran mansión del patrón y las de las casas de los esclavos, estaban próximas a las diversas instalaciones por las que se elaboraba paso a paso el producto de la caña de azúcar y luego melaza, a elevadísimas temperaturas, para obtener aguardiente.

La excursión la hicimos con un taxista bastante locuaz y que al principio llevó la charla al terreno político argentino. Esto motivó que discutamos con él desde nuestras posiciones, al señalar el hilo conductor del ajuste kirchnero-macrista, ya que a cada rato esgrimía las bondades del latinoamericanismo progresista, el Nac & Pop incluido, en contra del "avance de la derecha", puntualizando en Macri. Luego al desarrollar su percepción sobre el presente de Cuba, se evidenciaban varias de las contradicciones que padecen los trabajadores y la sociedad cubana, a pesar de que en general su visión era de un esquematismo oficialista notable.

Una particularidad de Trinidad son las numerosísimas calles empedradas y con lomas que hay, fundamentalmente en el casco céntrico en el que estamos. Alguien con movilidad reducida se las vería en figurillas por acá.

Además de haber conseguido anoche un lindo restaurante al que estamos volviendo, ayer caminando por la calle, vimos un par de escenas bastante particulares.

Una fue la de una guardería de nenitos de jardín en la que, desde ventanas que daban a la calle, se los veía dormir la siesta en varias camitas. Junto a la ventana tenían mecedoras con forma de caballitos de madera.
Más temprano, paseando por distintas calles, pasamos por una escuela primaria a la que nos invitaron a pasar. Además de contarnos algunos pormenores del ciclo lectivo y de la moderada cantidad de alumnos por clase, nos mostraron la más cruda carencia de recursos que padecen escuelas como esas. Edificios que se caen a pedazos, falta de papel para escribir, de lápices e inclusive presupuesto y dinero (de esto último nos pidieron y les dimos lo que pudimos). Un panorama francamente duro e inesperado de ver en Cuba, siendo nosotros educadores. Me dejó pasmado.

Ya es hora de ir a cenar, así que muchos saludos y hasta pronto.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Capítulo XIII. Sancti Spíritus



(Del 08/02)

Ya estamos en la casa de Trinidad, donde estaremos tres días. Ahora estamos esperando (hace más de una hora y ya se está haciendo denso) que la habitación esté lista para nosotros.

El día que pasamos ayer en el municipio de Sancti Spíritus (se sitúa en la provincia del mismo nombre, en la que también está Trinidad) fue muy agradable. Tanto la llegada como la partida a nuestro alojamiento fue en transporte de tracción a sangre. A la ida en un carro a caballo y a la vuelta a la terminal, con un bicitaxi.
La casa en la que nos quedamos se encontraba en la peatonal más céntrica, aunque no era para nada bulliciosa. El clima se descompuso bastante y al rato de que llevamos, justo antes de salir a dar un primer paseo, se largó a llover (pero nos la arreglamos con nuestros paragüitas).

La plaza principal de Sancti Spíritus (Serafín Sánchez) sus calles aledañas y alrededores, son muy bonitas y agradables para caminar y conocer. En general, el municipio de Sancti Spíritus resulta fuertemente opacado por su vecino Trinidad (a una hora y cuarto de viaje), de una atracción turística mucho mayor.
Con la lluvia cobrando intensidad, descubrimos para almorzar un restaurante que valió la pena por su comida y su espectáculo musical tradicional.

Para la noche, luego de conocer y fotografiar el imprescindible puente Yayabo, encontramos un interesante programa de un espectáculo para ir y pasear. En el Teatro principal de Sancti Spíritus se presentaba "El mono de fuego", un espectáculo de danzas y artes marciales chinas, desarrollado por artistas cubanos. Lo gracioso que ocurrió como anécdota fue que luego de pasar por primera vez por el Teatro, estábamos segurísimos y compadecidos de que no concurriría casi nadie al espectáculo. Al llegar a la hora indicada, nos encontramos con que la función estaba con las entradas agotadas y terminamos por conseguir ubicaciones casi de casualidad.

Finalmente presenciamos un espectáculo muy entretenido en el que se notaba el esmero por las prácticas de diversas artes marciales en todas las edades en Cuba ¡Inclusive se exhibió en el escenario a un dragón chino con movimientos y expresiones muy logradas!
En Trinidad tenemos la expectativa de que disfrutaremos de un montón de cosas de aquí hasta el miércoles (inclusive), tras lo que partiremos hacia Cienfuegos.

martes, 8 de marzo de 2016

Capítulo XII. Camagüey



(Del 07/02)

Contentos, viajando a Sancti Spiritus. Salimos a las 6:20 y llegaremos a eso de las diez y algo.
Ayer visitamos la provincia de Camagüey. La ciudad, en la parte céntrica que fue la que conocimos, es muy linda, con una arquitectura muy bien preservada, limpia, con muchas plazas y parques muy bonitos (con numerosos juegos e inclusive en uno, zoológico) y en especial, un gran desarrollo cultural.

Durante el paseo y el recorrido por la ciudad que hicimos al llegar a la tarde, fuimos a la Plaza del Carmen, a ver las esculturas de Martha Jiménez y su centro/taller de arte. Realmente muy lindo, valió la pena.

Luego de volver a la casa a descansar, la salida que hicimos a la noche, inesperadamente, fue por lejos de las mejores de la vacación. Luego de dar vueltas buscando donde cenar, ya que todos los lugares interesantes desbordaban de gente, fuimos a un restaurante de comida italiana que por fuera nos pasaba completamente desapercibido. Resultó ser muy agradable por dentro y con un surtido de platos mucho más variado que lo habitual. Más allá de la pizzita que era correcta, quedó totalmente opacada por la entrada que pedimos. Un platazo de camarones rebozados muy calientes, de no creer de lo sabrosos. Inclusive el postre fue buenísimo. Flan con salsa de arándanos.

Para coronar la noche, luego fuimos a lo que fue nuestro programa principal, el Ballet de Camagüey. Sintéticamente diré que, habiendo contado con seis números y un intervalo (con escenas tanto de las más clásicas como también de danzas modernas y propuestas desafiantes), el espectáculo resultó soberbio y admirable, mientras que el público, una molestia tras otra...
Finalmente la experiencia camagúeyense terminó por resultarnos demasiado corta.

lunes, 7 de marzo de 2016

Capítulo XI. Holguín



(Del 05/02)

Estamos en Holguín, es el segundo día en la Ciudad y hoy nos vinimos desde la mañana, para aprovechar, a la playa de Guardalavaca. Es una playa sobresaliente de linda. Arenas blancas, algunos arbolitos como en el que estamos a la sombrita y en especial, las aguas del Atlántico que son increíbles.
Hace un momento tuvimos que interrumpir la redacción porque nos trajeron el almuerzo. Tal y como dice esa expresión de que estuvo más bueno que comer pollo con las manos, así fue el pescado frito (que así lo comimos, con las manos) con arroz moro y bananas fritas en rodajas.
Acá todo es inmensidad en el cielo y las aguas, azul verdosas y fresquitas, ideales para nadar.

En la casa de familia en la que nos estamos quedando la pasamos con comodidad. Casualmente, en un paseo, pudimos conocer al cubano con la opinión más interesante del estado actual de Cuba que hayamos escuchado hasta ahora.
Supo de documentos de la CDR (Comité de Defensa de la Revolución) que tomaban cartas en el desarrollo de la persecución política contra diferentes clases de opositores.
Ni bien llegamos ayer, se dio una charla espontánea con él (y la otra pareja de huéspedes, también de Bs As) y sostuvo tres puntos muy interesantes. Que a causa del la característica burocrática del que fuera el Estado obrero cubano y sumado al amplio cuadro de carestías constatadas, se verifica una retención de las fuerzas productivas.

El estado actual del arte en Cuba es el de un avance de la lógica mercantil de la Industria Cultural. Lo llamó mediocridad. Tendencias de mensajes y letras que abundan en amoríos y escapismos y fórmulas seguras y redituables, y una menor (o subterránea) corriente de música y otras artes orientadas a lo social y las expresiones contra la opresión.
Por último, la aún eficaz represión oficial de disidencias ideológicas (aunque no ahondó en las de tipo obreras, o no lo precisó). La visión de alguna posible transformación social que dio, fue por lo menos, democratizante. Los cambios, si ocurrirían, se darían desde el Estado, de un modo verticalista. En su perspectiva (y esto me preocupó, dado que lo noté conversando con algunos cubanos más), la clase obrera cubana no solo no cumple ningún rol activo ni de organización; ni siquiera es considerada como tal en la actualidad.

Al pasear, la plaza (Calixto García) y la zona céntrica de Holguín es muy linda y tranquila. A la noche descubrimos una especie de peña a la vereda (junto a La Casa de la Trova) en la que jubilados y gente mayor bailaba al ritmo del son. Conocimos a un muchacho copado de Turquía y al rato descubrimos algo inesperado. Una especie de pub en una terraza en la que pasaban Metal al taco; Sistem of a Down, Fear Factory, Pantera.

Coincidentemente, en esta vacación las lecturas de un lugar a otro son de lo mejor que pude traer. En "El hombre que amaba a los perros", se reveló algo que uno de los protagonistas no esperaba, ligando a un hombre misterioso con el asesino de León. También en los "En defensa del marxismo" que traje; en uno del '97 que traje, artículos de El Che y su relación con los trotskistas cubanos, otro sobre El Che en Bolivia e incluso uno sobre el papel liquidacionista sobre la lucha de clases por parte del Secretariado Unificado de la IV Internacional o del N° 43 sobre el papel moneda, oro y la crítica de Marx a la teoría cuantitativa.

viernes, 4 de marzo de 2016

Capítulo X. Santiago de Cuba (tercer día)



(Del 03/02)

Último día en Santiago de Cuba. Hoy hicimos de todo y no nos quedamos con casi nada importante por conocer. Durante todo el día hubo un calor que te descosía el mate. Ya a las 9:30 la intensidad del sol era tremenda. Más que nada a eso se debió el calor.

A la mañana fuimos nada menos que al Cuartel Moncada. Actualmente funciona como un Centro Escolar que es enorme y contiene un campo deportivo, el Palacio de Justicia y entre otras cosas más, el museo, al que fuimos.
Ya desde la entrada llamaban a la atención los impactos de potentes disparos a los lados de la entrada al museo. Durante la visita guiada nos enteramos que se debieron a los disparos de los propios soldados de Batista, para incriminar a la avanzada revolucionaria y a sus caídos dentro del cuartel, en lo que fue el ataque al Moncada comandado por Fidel en el '53.
Incontables objetos pertenecientes a los integrantes de la Generación del Centenario (por el centenario del natalicio de José Martí en 1953) que arremetieron contra el centro de poder que representaba el Cuartel Moncada para la dictadura de Batista, se exhibían allí. Zapatos de civil que delataron a uno de ellos en la vanguardia del ataque; la pluma, condecoraciones y demás cosas del soldado que salvó a Fidel en el momento de su captura, ya que no lo entregó a sus superiores si no que lo hizo en una comisaría común y mucho más que también se pudo ver en las salas. Particularmente se hacían notar las salas de detención que los represores le tenían reservadas a los rebeldes. Las torturas más horrendas, calabozos y "salas de espera" pretendían obtener confesiones y el coraje y las convicciones de muchos de ellos y ellas prevaleció sobre la brutalidad anti obrera.

Antes de almorzar, hicimos una visita ligera al Museo del ron (que incluyó una degustación que realmente valió la pena).
En el Fondo de la Cultura (espacio compartido con artesanos varios), volvimos a comer sabroso y barato como en ningún otro lugar de la Ciudad -sin mencionar que se prepara en el momento y son muy atentos-. Luego de un heladito rico en el Copelia local, una merecida siestita.

Para las tres de la tarde, Alfredo, el amabílisimo y buen taxista que había encargado Niurka (la dueña de la casa) ya había llegado a buscarnos.
Con él y su destacada predisposición (nos ahorró más de 11 CUC del costo de sacar fotos, en todos los lugares que visitamos), fuimos en primer lugar al Cementerio de Santiago (tan importante como el de La Habana). Allí vimos la tumba con un ángel negro de Estrada Palma, el primer presidente que tuvo la República de Cuba y que mereció esa insignia funesta por haberle entregado Guantánamo a los yanquis.
Luego, algo muy destacado. No sólo visitamos la tumba y mausoleo de José Martí (con innumerables símbolos de la gesta independentista), si no que también pudimos ver la ceremonia del cambio de guardia, que se hace cada media hora.
También vimos la tumba de Cumpay Segundo, con 90 flores de bronce abiertas, con el agregado de "Las flores de la vida", título de su última canción inscripta en su lápida.

Luego de pasar por La Plaza de la Revolución y sacar las fotos que ameritaba la ocasión, seguimos camino hacia un lugar que valió la pena conocer.
Llegamos al Castillo del Morro y fue como meterse en la época de las invasiones de piratas y filibusteros, ante la resistencia de ese bastión del imperio español. Las celdas en las que encerraban prisioneros eran de novela, por lo espantosas y cerradas que se evidenciaban a la imaginación.
Pero por sobre todo, la vista en los balcones superiores hacia el Mar Caribe y las costas de la Ciudad, lo completaron todo.

Para terminar, y en el momento en el que el sol poniente besaba las aguas del mar, presenciamos la ceremonia en la que un grupo de cubanos caracterizados y representando a soldados españoles de la época, fueron hasta uno de los cañones apostados sobre uno de los balcones, lo cargaron ¡y dispararon!

Ahora a cenar, a descansar y mañana muy temprano, rumbo a Holguín.

jueves, 3 de marzo de 2016

Capítulo IX. Santiago de Cuba (segundo día)



(Del 02/02)

Acá andamos, pasándola muy bien. Segundo día en Santiago de Cuba, provincia lo más al oriente que iremos (al extremo está Guantanamo).
Hoy es un día lindo y soleado. De los 14 que llevamos fueron contados con los dedos de una mano los días en los que hubo un clima tan intenso de manera ininterrumpida.
Aprovechamos para caminar y en especial para conocer unos museos interesantísimos. Todos menos el último (por lo caro) los hicimos con visita guiada.

A la mañana fuimos al museo Emilio Bacardí Moreau (antes que nada y lo que el nombre pueda sugerir, Bacardí fue el primer alcalde de Santiago de Cuba luego de la Independencia. Décadas después comenzó con la producción del afamado ron). El museo consta de tres partes. La exhibición de pinturas y artes plásticas. Contenía reproducciones de los máximos exponentes de la pintura europea del período clásico y fue muy interesante ver las obras de los máximos exponentes de la pintura cubana.
La sección histórica contenía interesantísimos objetos de los protagonistas de la gesta independentista de Cuba. El frac de José Martí, los anteojos de Antonio Maceo y mucho más. También incluye un sector sobre la revolución socialista del '59.
Por último la sección etnográfica con momias egipcias que trajo Bacardí a Cuba a principios del siglo XX y hasta la muestra de una cabeza reducida por los jíbaros.

Almorzamos en un lugar mucho más rico y agradable que el del día anterior y comimos postre en una heladería muy bonita y cercana. Por no mucho dinero, cinco bochitas de tres gustos con una porcioncita de torta en la base, a un lado.

A la tardecita 14:30, aproximadamente, salimos a recorrer más (la mayoría si no casi todos los lugares de interés cultural e histórico cierran a las 17 hs).
Llegamos al Museo de la lucha Clandestina y el mirador amplio y panorámico desde sus balcones, es imperdible. El museo exhibe objetos de valor, de mucha utilidad, indumentaria y además, un recorrido que profundizaba en el desarrollo del Movimiento 26 de Julio que recoge 1956 hasta la conclusión victoriosa de la revolución '59. Fueron los acontecimientos que protagonizaron Fidel, El Che, Cienfuegos, Frank País, Celia Sánchez y que fundamentalmente contó con el involucramiento activo de los estudiantes, de numerosísimos frentes obreros desarrollados y del pueblo en general.

Hace un rato fuimos al Museo del Carnaval. La historia de las influencias africanas, haitianas, europeas, pero fundamentalmente cubanas y santiagueras, junto a los atuendos muy coloridos y afiches exhibidos y otras cosas, lo hicieron muy interesante.

Al final nos sentamos a ver un espectáculo de danzas y música propias de aquellos carnavales, con las vestimentas y todo. En determinado momento sacaban a bailar con ellos a los espectadores que gustasen de hacerlo y yo pasé (no quedaron fotos del momento ya que las cobraban 15 CUC -¡practicamente 15 Euros!-).

Luego de descansar y no hacer nada un rato, cenaremos en la casa, ya que preferimos no repetir lo de anoche. Resulta que al anochecer, caminar por la peatonal, por la Plaza Céspedes y otras calles de alrededor, se hace muy desagradable. Menesterosos, lumpenes, vendedores que te acosan, prostitutas y demás muestras de podredumbre social, hacen el paseo indeseable, además de preocupante por lo que se ve (ignoro si se deberá a que son las calles más céntricas de Santiago de Cuba, si eso se trasladará a otras calles periféricas de Santiago de Cuba, pero sea como sea es una faceta de Cuba que no había visto en otras ciudades o pueblos; triste pero real).
En fin, mañana nos espera mucho por hacer.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Capítulo VIII. Santiago de Cuba


(Del 01/02)

Acá estamos, en la casa de familia en la que nos estamos quedando, en Santiago de Cuba (que es la ciudad más oriental del país que visitaremos -no la más oriental- y que fue la primera capital de Cuba, en la época colonial). Es el primero de los tres días que estaremos acá.

Llegamos temprano, luego de un viaje malísimo, en un espanto-móvil inesperado. Viajamos en un micro de Vía Azul, que hasta ahora resultó una compañía muy buena en los 5 o 6 veces que fuimos de una ciudad a otra (aunque todas las anteriores fueron distancias menores).

Partimos a las 22:30 de Ciego de Ávila y llegamos a Santiago de Cuba a las 7:20. Cuando subimos al micro encontramos solamente asientos al fondo, detrás de unos viejos con los asientos ultra reclinados, o sea te aplastaban las rodillas y en el del lado de la ventanilla encima tenía un caño que se te incrustaba en un brazo. Después de rebuscarnoslas como pudimos (otros asientos no se reclinaban nada, o estaban rotos, o estaban cerca del baño con mucho olor, o junto a una mujer que dormía de modo que te clavaba las rodillas contra tus costillas), pudimos sentarnos juntos a eso de las 2:30 de la madrugada.
Corolario, en el estado en el que llevamos al llegar finalmente a la casa de familia en la que estamos, dormimos como 3 horas y pico para recuperarnos.

Luego de almorzar algo (no tan rico como otras veces) por una peatonal importante, fuimos a la Plaza Céspedes (en la zona más céntrica).
Visitamos la Casa de Diego Velázquez, que es una reliquia histórica por haber sido la vivienda y lugar de trabajo de quien fue el primer gobernador de Cuba, a principios del S. XVI. Gran parte del mobiliario y techos son originales, que luego de ser restaurados, se exhiben como museo, junto al horno de fundición de oro y plata que también está en su interior.

Al salir y volver a la Plaza, conocimos a José Luís, un historiador muy gentil con el que hicimos una caminata de dos horas y nos enseñó un montón de cosas interesantes de la Ciudad y nos contó cosas políticas, sociales, culturales, etc.

Nos llevó por calles por las que conocimos el edificio en el que se transmitió la primera señal de radiodifusión de Cuba en 1930, el balcón en el que Fidel dio su primer discurso (de 5 horas) con la revolución ya victoriosa el 1° de enero del 59, el colegio secundario jesuita al que fue, su casa de la infancia. También fuimos a uno de los mejores lugares de baile en la Ciudad a conocer su interior, "La casa de las tradiciones", donde se baila son "y no salsa, que es un invento portorriqueño", según dijo.

Luego de un par de miradores muy bonitos y de mostrarnos la calle en la que se celebran los carnavales, nos llevó a la calle C. Dubois y su explanada, desde la que se ve y recorren las zonas prostibularias de la época anterior a la revolución, cuando Batista tenía a Cuba sometida a su política servil a los dictados imperialistas, a los explotadores locales y Dubois fue uno de ellos, en este caso como referencia de capitalista que obtuvo sus beneficios a costa de la opresión de mujeres sometidas a la trata.

Luego de más charla, calles históricas y otras pintorescas, nos despedimos de José Luís retribuyéndole su atención, nos fuimos a la peatonal a comer un helado muy rico con cinco bochas y finalmente a descansar.

martes, 1 de marzo de 2016

Capítulo VII. Cayo Coco (últimos días)


(Del 31/01)

Acá estamos en la terminal de Ciego de Ávila, esperando el micro a Santiago de Cuba que saldrá en una hora.

Hoy fue el cuarto y último día en el olinclusiv Hotel Sol Cayo Coco. Fueron tan gentiles como para permitirnos dejar todo nuestro equipaje luego del chiclaut en la recepción y como si fuera poco, para permitirnos una habitación de cortesía para bañarnos, luego de la playa.

Hoy nos tocó el clima ideal para playas de postal en las que aprovechamos a darnos una panzada de mar, fuera como fuera. El agua súper cristalina, fresquita, se podía disfrutar lo más bien de todo, para que abundar tanto.

Nos metimos varias veces al agua, nadamos (para mi sorpresa, pude abrir bastante los ojos bajo el agua mientras nadaba sin que me molestara), jugamos a tirarnos el uno al otro, troté y nos llevábamos tragos a la reposera. A puro quedarte viendo el cielo, mientras masas amorfas de nubes con sugerentes imágenes pasaban delante de columnas de otras nubes.

Ayer nos tomamos un colectivo (de esos de tipo turístico, con el primer piso descapotable) que recorre el camino a los 18 hoteles, entrando en uno por uno. Paramos en el Hotel Cayo Guillermo y almorzamos (estaba mejor provisto que el nuestro, por la variedad) y la playa (Pilar) de ese, fue tan linda como la de hoy.

También jugamos al bowling, al ping pong, cenamos dos veces en un restaurante gourmet, teníamos tele con canales que no tenés en otros cables e inclusive ayer estuvimos en otra habitación en la que pagamos más para tener vista al mar.

El viaje que haremos en un rato a Santiago de Cuba (lo más al oriente del país que iremos), será como de nueve horas, así que aprovecharemos para dormir toda la noche.