Hace un año o dos me llegó una propuesta de trabajo, una de esas donde las tareas se hacen a la distancia. El laburo consistía en redactar una gran cantidad de notas de interés general (sin copiar y pegar, con cierto desarrollo propio) que iban a ser publicadas en la página X (ni me acuerdo cuál era).
Una de esas notas que yo había tenido que redactar era algo como esto:
"¿Cómo preparar unos deliciosos caracoles?
Instrucciones:
1 – Acerca de la preparación de caracoles, existe un gran consenso acerca de su limpieza previa. Esta debe efectuarse lavando bien los caracoles en un recipiente para poder purgarlos y quitarles, de esta manera todas las babas sueltas que pudieran tener. El motivo principal de este proceso es eliminar posibles sustancias residuales que pudieran afectar a los comensales. Ya estarán listos para utilizar en la receta que hayas elegido.
2 - Poner los caracoles en una bolsa de rejilla cerrada colgados en un sitio fresco, durante dos semanas, para que ayunen y se limpien bien.
3 - Poner un litro y medio de agua con sal en una olla, calentarla y cuando esté templada echar los caracoles para que salgan, y entonces subir el fuego a tope, cocerlos unos 10 minutos.
4 – Finalmente se procede a guisarlos, hornearlos, o freírlos, según la receta que se siga."
Ese trabajo de redacción y cobro a distancia ni empezó efectivamente ni mucho menos funcionó. Lo cierto es que no se si en algún momento vaya a cocinar algún plato tan exótico como esos caracoles, pero falta cada vez menos para irme a convivir con la mujer de mis sueños y voy a cocinar todo lo mejor que pueda (mejor que en la foto de abajo, en la que agarré la espátula con mi mano no hábil).
Serie de Cuadros
Hace 6 años