Hacés un golazo de media cancha y sos el más capo de todos los Riquelmes, los Diegote, Betito Marcico, Palermo y todos juntos. Después te das cuenta que no sos más que el muñequito de metegol que la rompe en la canchita de dos por dos. Apretás los dientes, corrés, te sube todo el efluvio que te querés sacar ya de encima y cuando te querés dar cuenta, dejás todo atrás y te das un chapuzón de rabia suburbana anti represiva.
Serie de Cuadros
Hace 6 años