miércoles, 11 de enero de 2012

Viejo celular






Los amiguitos

Es triste cuando alguien se va. Hoy me enteré que falleció Mario, muy querido en el barrio. Cada vez que iba hacia Díaz Vélez, ahí los veía, charlando de las cosas de la vida, de las sensaciones de encierro que a veces se tiene, de lo lindo que sería volar, de cómo estaba el clima... de cualquier cosa. Ya se me había hecho costumbre desde hace tiempo, una de las cosas más amenas para hacer cuando salía a caminar, era quedarme parado adelante de esa ventana y ahí estaba Mario.
Era más grande que su amigo y muy distintos, por sobre todas las cosas. Pero lo más llamativo era que, a pesar de las diferencias, ellos se llevaban muy bien. Se la pasaban charlando y, en realidad, vaya a saber de qué... pero que bien que se llevaban entre ellos. Cosa poco común eh, una amistad como esa... yo, a decir verdad, ni siquiera sabía como se llamaba ese canario que compartía la jaula con ese pajarito mucho más chico que él, de plumas gricesitas y manchas rojas, blancas y negras alrededor de la cabecita. Compartían la rodaja de pan lactal, la piletita con agua y largas charlas en el palito donde se posaban a puro pío, pío y pío.
Hoy a la mañana pasé por su ventana. Hace varios días que no los veía. Pensaba que los dueños se habrían ido de vacaciones con ellos. "Lamentamos comunicarles a todos los vecinos la muerte de Mario, fiel compañero y entrañable amigo", decía el escueto comunicado en la jaulita.
No queda más que recordar aquellos versos de Alberto Cortéz:
"Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.
cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va
una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a revelar
el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo."