lunes, 4 de agosto de 2008

Música e identidades. Reflexiones

Estamos en días en que la sociedad en que vivimos está hecha pelota, que la falta de expectativas y de compromiso social y político está patente en las mayorías y en especial en las clases medias. La única épica que vive la gente, el drama, aquello que conmueve, termina por ser un club de fútbol al que se adscribe con fanatismo, bandas que se siguen con una pasión igual de fervorosa o en otros casos, hondos pesares de contenido humano como el cuidado de la propia imágen. Así viven grandes mayorías de personas que llevan sin cuidado aquellos asuntos que definen el día a día suyo y el del país en general. Es cosa compleja, o aburrida, algo que no merece la pena darle bola.
Por otra parte, las expresiones musicales dicen mucho acerca de su época y en muchos casos son, también, constructoras de identidades.
En el caso del tango, su nacimiento se produjo hacia mediados del siglo pasado, con la formación de conglomerados habitacionales alrededor de la ciudad de Buenos Aires. Quienes allí vivían, paisanos llegados del interior, inmigrantes europeos y algunos porteños de escasos recursos, formaron una nueva clase social para la época, que se asentaba en conventillos (que son los primeros escenarios narrados en las letras). Quizás en busca de un modo de identificarse como grupo y de sentir al nuevo hogar como lugar de pertenencia, comenzaron a crearse manifestaciones culturales resultantes de esta mezcla. Este fue el principio del tango, que se caracterizó por poseer códigos muy cerrados, sólo abordables por las clases trabajadoras. Evidentemente nació como una representación simbólica ligada a la marginalidad, con todo la valoración que esto suponía.
Sus historias estaban vinculadas a estos sectores sociales. De algún modo en la memoria colectiva fueron esta las representaciones que se vehiculizaron en el tiempo. Al principio la reproducción masiva del tango no fue sencilla, e indudablemente esto tuvo que ver con los sectores donde el mismo se naturalizaba. La difusión del tango estuvo abordada básicamente a partir de la danza, que fue casi premonitoria al tango mismo en su modo musical más característico.
El tango cantado llegaría bastante después. Es claro que la cultura tanguera, entendida como usos y costumbres particulares, es anterior al tango como manifestación artística. Las danzas de salón que involucraban a una pareja fueron el precedente de este género que se fue depurando hasta convertirse en lo que desde hace tiempo se conoce como tango. El que de algún modo logró instaurar una representación identitaria colectiva de la argentinidad.

Desde ya que esas décadas que fueron las del inicio del tango, no fueron las del país devastado de hoy. Me explayé un tanto con el tango y su mundo, pero bueno, es una temática que me interesa y me gusta.
Quizás continue con esto de la música y las identidades en otro momento. Lo que es seguro, desde mi punto de vista, es que las estrellas del rock y del fútbol, son solo ídolos de terracota.

Para leer más acerca de tango e identidad, remítase aquí. Con respecto al "rock chabón" y "la cumbia villera", es interesante lo que ha escrito
Por último, sugiero leer "La industria cultural", de Max Horkheimer y Theodor Adorno.

4 comentarios:

cami dijo...

el año pasado, en sociología, discutimos lo del rock chabón y un compañero se ofendió mucho cuando le dijeron que era un careta... pero después fue y le dijo a otro que era un cheto porque va a creamfields y así y así... cada cual con su cada quien, no se peleen.


pd: no sabés! no me pude anotar porque no había sistema!!!! y ahora tenog que entrar en "remanentes"... un bajón.

Oz Vega dijo...

Yo adivino el parpadeo de las luces que a los lejos van marcando mi retorno....
Me encanta ese tango, creo que es mi cancion favorita.
La imagen de tu perfil me trajo miles de recuerdos

Anónimo dijo...

Oye :) saludos... hace tiempo no hacía nada por estos lados.. ojalá estes muy bien !!

Orvuá! dijo...

renovando mi blog encontre una firma tuya.
Seguis cursando comu?