Es la misma sensación que el momento en que le hablan a Mafalda mientras saborea su helado y a ella "se le desdibuja el mundo" de placer.
Cuando viene 1º B a biblioteca y les narro "Días de montaña", el hermoso momento que paso con ellos, sus caritas de atención y sorpresa, sus miradas de tierno porvenir, de escondidas, payanas y bolitas de colores y de pasarla bien, hacen que toda banalidad personal y preocupaciones superfluas desaparezcan inexorablemente, como un puñado de arena en un puño
Cypress perseguido… ¿o perseguidor?
Hace 2 años
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