Esto si que es un drama a carne viva. El dilema existencial y comunicacional de un pobre gatito en una escena bien cinematográfica. Un momento romántico y dramático.
¿Cómo hacerle saber lo que siente al dejar de verla, si no tiene como dejárselo registrado en ninguna escritura de ningún tipo?
En ese caso, una mirada bastará; un signo corporal se lo hará entender, cuanto le hace falta.
Oh, pobre gatito.
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