Es muy común para muchos a la altura del año en que va concluyendo, hacer el famoso balance. La llegada de diciembre y las fiestas dan descanso, reencuentros y un rato para que pare el tren de cosas que hacer y solo pensar.
Hacer un repaso de lo hecho, establecer una perspectiva para lo que vendrá, de acuerdo a lo logrado durante el año que se termina. Aunque parezca de nostálgicos que le dan crónicas miradas al espejo retrovisor, o peor aún, de aquellos que se vanaglorian de lo conseguido y solo de lo conseguido, como si fueran trofeos, registrar que tanto hay en el debe y que tanto en el haber, sirve.
Motiva y me pone contento haberme recibido de Profesor en Ciencias de la Comunicación este año. Después de tanto esfuerzo, de tantos años, de haber vuelto a dar finales (y de la dificultad de monstruos definitorios como Comunicación III, con lo que eso implica en muchos sentidos) y más aún cuando el mismo día se recibió la persona que amo, también de Profesora en Ciencias de la Comunicación. De yapa, además de que pude darle toda la ayuda que pude a mi compañera en la vida para que cumpliera su objetivo, pude hacer lo mismo con un compañero que estudió conmigo en casa, y aprobó también Comunicación y Educación.
Tener ese título bajo el brazo, abre una perspectiva real de posibilidades de sumar la cantidad de trabajo que necesito.
Que contento me pone, que profundamente satisfecho estoy de todo lo que gané de experiencia en lo artístico; este 2013 que ya languidece en sus últimas pinceladas de colores azules y rosados de atardeceres en cielos de reposo, tuvo algo muy especial. Por primera vez en mi vida, puedo sentir y decir con mucho orgullo a quien quiera, que yo soy actor. De la docencia vivo y es mi vocación en la vida, pero cuando mi cabeza levanta vuelo, cuando todo lo que dentro mío necesita volcarse en alguna olla donde revolver todo y sacar lo mejor de mi, lo que cocinamos entre todos, es cuando me siento actor y eso me llena por dentro como nada podría igualar de la misma manera.
Ser parte de Morena Cantero Jrs. e ir por la segunda temporada de "Parpadeá si me escuchás" en marzo del año que viene; ser parte de mi viejo y querido grupo delborderiano, con quiene compartimos tanta libertad espumante, tantas puertas abiertas para sacar y poner conejos y ladrillos que devendrán en nuestra y más nuestra que nunca, obra shakespereana que verá la luz en abril del año que viene.
Fantasmagorías y quimeras que fueron alimento de textos, inspiraciones, vestuarios y formas, además de emociones en las que juguetear con la seriedad de algo que sentís como tuyo.
El primer año completo, luego de lo que comenzó en la primavera del año pasado. Convivimos, compartimos, nos elegimos y decidimos transformar un estado de cosas establecidas, madurando juntos; nuestra casa que la sentimos como nuestro lugar socialista y revolucionario en el mundo y hacia el mundo.
Alguna vez tuve en cuenta a este espacio blogueriano como el sitio a partir del cual expresarme, leer otras moradas de intimidades y reflexiones cotidianas, con la expectativa de leerlas y ser leído. Hoy reitero mi posición sobre estas redacciones de tipo personal a veces (que ya no tengo pruritos ni me molesta volcarlas hacia quien le interese leerlas), y otras de cualquier otra índole. Quien quiera detenerse a darle una leída "Las criaturas del pantano existen", bienvenido/a. El resto no importa.
Después de mucho tiempo de tener este blog por ahí tirado, sin que se le viera nada nuevo, volvió a la actividad con todo. También me di el gusto de rehabilitar otro blog que no pensé que volviera a usar; "Bajando a las profundidades del pantano", dedicado a la música que me gusta.
Y finalmente, me saqué el gusto de ponerle el título que iba a tener esa cápsula que nunca llegué a escribir, a ésta publicación. Un título muy acorde a estas tardes de calores despiadados.
Cypress perseguido… ¿o perseguidor?
Hace 2 años
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