martes, 8 de noviembre de 2011

Anécdotas de un día de trabajo

Hoy me reincorporé al laburo, después de algunos días de licencia médica. Estaba caminando por Donado, entre Quesada e Iberá y ví a un sodero haciendo algo que me llamó la atención. Mientras el vecino de esa calle demoraba en salir a recibir su bebida, el sodero estaba viéndose la cara en el espejito retrovisor de una moto y se aplastaba un granito. En eso me acordé de la famosa propaganda de Barrocutina: "¡Con los deditos no, con Barrocutina!", decía, o algo por el estilo.
Busqué en Youtube y me encontré con esta publicidad:

No es exactamente la que recordaba pero bueno, sirve para ilustrar la anécdota. Se me ocurrió poner el nombre de ésta pomadita en el buscador y se ve que está bastante aggiornada por Carlos Marquetín.

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