martes, 7 de agosto de 2007

Algunos textos hechos para la facultad, en Taller de Expresión III: segunda entrega

Una nueva entrega de los trabajos que hice para la facultad. En este caso fueron dos entrevistas que hice como trabajos cuya nota cerraba cada cuatrimestre.
Sobre estas dos entrevistas que paso a transcribir, puedo contar que la primera fue hecha a Silvia Bravo, antropóloga, taquígrafa en el congreso, cantante en un coro y por sobre todo, una mujer muy afable. La contacté fácilmente para entrevistarla, ya que mi papá está en un programa de lectores voluntarios, y le va a leer a ella una vez por semana, a causa de sus problemas de vista.
En el caso de la segunda entrevista fue hecha a un preparador físico.

Ahora si, paso a transcribir las dos entrevistas con un pequeño margen de separación:


Viernes 1º de Septiembre de 2006

Silvia Bravo. Licenciada en Antropología, trabaja en el Senado de la Nación, donde se desempeñó en el cuerpo de taquígrafos desde 1973 hasta 1984. Hace varios años que padece una ceguera en la parte central de la visión. No obstante, canta en un coro y sigue siendo una apasionada de la lectura, según dijo: “La lectura para mí siempre fue algo deslumbrante”.

_ ¿A que te dedicás actualmente?

Silvia Bravo: Trabajo en el Senado de la Nación. Soy de las pocas personas que ingresó por concurso público de posición. Ingresé en el año ´73 para el cuerpo de taquígrafos, un trabajo técnico muy específico. Ahí estuve once años, estuve también durante la dictadura, cuando funcionaba la C.A.L. que era la Comisión de Asesoramiento Legislativo un simulacro, de lo que es el Congreso de la Nación. Trabajé en distintas comisiones, muy poquitas. Después en el año 84 me fui del cuerpo de taquígrafos, ya para dedicarme a tareas más relacionadas con mi profesión, yo estaba terminando mi carrera en la UBA, en la Facultad de Filosofía y Letras, la licenciatura en Ciencias Antropológicas…

_ ¿Qué fue lo que te llevó a interesarte por el estudio de la Antropología?

S.B.: Cuando terminé el secundario, empecé la carrera de Letras en la UBA. Hice algunas materias y dejé. Me gustaba la historia… pero no me gustaba estar en contacto sólo con documentos sino que me gustaba estar en contacto con personas concretas, de carne y hueso, y así fue que me decidí por la antropología.

Bueno y como te decía, en cuanto a mi actividad laboral, desde el año 84 trabajo como asesora técnica, soy una asesora de la planta permanente. No obstante mi puesto de trabajo no depende de los vaivenes de la política.

_Para poder ejercer el trabajo de taquígrafo es muy importante mantener una muy buena memoria, ¿no es cierto?

S.B.: Si, pero bueno, queda claro que hace muchísimos años abandoné toda tarea relacionada con la taquigrafía. Además es una tarea específica, el taquígrafo parlamentario no es lo mismo que el taquígrafo de una oficina cualquiera. Se requiere de una formación que demanda muchos años. Pero no solamente la memoria, hay otros requisitos. Te haces muy ducho en trabajar con textos, por ejemplo. Yo detecto inmediatamente los errores de ortografía, soy tremenda para eso. Miro algo y digo “tic”, a esto le falta el acento, a esto le falta una coma. Me doy cuenta si un texto tiene coherencia interna o no la tiene, por ejemplo. A mí siempre me gustó y me provoca mucho placer trabajar con textos y el uso del idioma, el buen uso del idioma.

_ ¿Desde hace mucho tiempo tenés esa pasión y esa dedicación que ejercés por la lectura?

S.B.: Lo que siempre me gustó desde chica es la lectura. Cuando yo era chica me llamaba mucho la atención ir a una casa donde no hubiera libros, porque en mi casa siempre hubo muchos libros. Mi papá tenía varias bibliotecas, muy tentadoras, diseminadas por la casa.

_ ¿Y que hacías cuando ibas a una casa donde no había libros? ¿Te aburrías?

S.B.: Y sí, mis ojos se iban inmediatamente buscando libros. Libros o cualquier otro papel impreso. Cualquier papel impreso me atraía. A veces hasta me retaban porque íbamos de visita a casas de amigos de mis padres o de parientes y enseguida me enfrascaba en algún libro o revistas o folletos, o cualquier cosa escrita. A mi me encantaba y me metía. La lectura para mí siempre fue algo deslumbrante, hasta el presente, desde ya. Era tanto el placer que me causaba a mí leer y era tan curiosa cuando era chica que íbamos a una casa y a mí lo único que me llamaba la atención eran los libros. Leía asistemáticamente, lo que venía. Después cuando fui creciendo, también seguí leyendo. Pero yo leía tanto, tanto, que a la noche mi viejo tenía que ir a comprarme alguna novela, algo. Entonces lo que trataba mi papá era que lo que yo leyera no fueran obras adaptadas para chicos, si no obras originales. Así que te digo, yo leía al bulto en realidad. Después con los años encaminé mis gustos literarios a medida que fui creciendo. La lectura siempre me resultó atrapante.

_ ¿Actualmente tenés algún momento en especial para leer o lo hacés en casi todo momento del día?

S.B.: No, yo no puedo leer ahora por el problema que tengo en la vista. Yo tengo una ceguera en la parte central de la visión y veo con la periferia, se llama maculopatía. Por eso dependo mucho de la computadora. También recurro a los voluntarios que leen a los que no son ciegos como yo, pero que no podemos leer. Y estudié braille, que es un sistema de lecto-escritura. Después de estudiar el braille, estudié musicografía en braille. Otra cosa donde también necesito leer, es cuando estudio las partituras para el coro. Lo que hago con la computadora es usar un programa que me edita mi línea. Para cuando llega el concierto trato de tener memorizada la obra pero a veces son obras muy difíciles, no son canciones, es un esfuerzo que hago, pero bueno eso creo que es algo que me mantiene bastante aceitada las neuronas.

_ ¿Y en qué medida afectó el problema de la vista al trabajo que hacés en el congreso?

S.B.: Mirá, no lo afectó demasiado, porque yo soy muy prusiana para hacer las cosas. Entonces me pongo absolutamente de piedra y digo “bueno, esto lo tengo que hacer”. Pero dependo de la computadora. Trabajo con textos e informes que llegan a la comisión, entonces los leo en la pantalla, con la letra grande. Me manejo bastante bien con los programas que uso. Me configuro la página para mi comodidad pero demoro porque, claro, tengo que ir armando las letras. No, no lo ha influenciado demasiado, sigo haciendo mi trabajo.

_ Hace un momento me contabas sobre el coro en el que estás. ¿Cómo fue que empezaste, que se te ocurrió entrar ahí?

S.B.: En el año ´91 vi un aviso, una convocatoria para armar un oratorio en ocho ensayos de Haendel. Llamé y el único requisito era un poco de lectura musical. Yo ahí ya tenía el problema en un ojo, pero con el otro veía muy bien. Creo que ahora no habría podido hacerlo. Tuve que estudiar muchísimo, pero bueno, fue tan grande el placer, que estoy todavía ahí. Se hacía un concierto en una iglesia. Nos constituimos en una sociedad civil sin fines de lucro. Se llama “Sociedad Haendel de Buenos Aires”. Después de tantos años, vamos siendo más o menos conocidos dentro del ambiente musical de Buenos Aires. Nos especializamos en oratorios.

_ ¿Te resulta complicado llevar adelante todas estas actividades que te gustan sumado a tu vida laboral, o eso nunca fue un problema?

S.B.: Tuve épocas más complicadas. Era otra etapa de mi vida, mi hijo Esteban era chico, ahora tiene 30 años, vivía mi marido…

Hoy en día tengo el privilegio, la posibilidad de hacer estas cosas que me dan mucho placer…





Viernes 10 de noviembre de 2006


_ ¿A qué te dedicas actualmente?

O.L.: Soy profesor de educación física, preparador físico y trabajo actualmente en preparación física de fútbol con juveniles de las inferiores, en la novena Boca.

_ ¿Cómo fue que te iniciaste en la actividad?

O.L.: De chico siempre me gustó mucho el deporte y en un momento de haber terminado la secundaria, no estaba muy convencido de lo que quería. Por consejo de mi hermano que un día me agarró y me dijo “que a vos te gustó siempre el deporte, porque no te metes en el profesorado de educación física”, fue que decidí esa carrera, me gustó y no la abandoné.

_ ¿Cómo se dio tu ingreso al club?

O.L.: Por medio del conocido de un amigo. Me recomendaron y entré. Hace dos años de eso.

_ ¿En que se basa el trabajo que haces actualmente en el club?

O.L.: Mi trabajo específico es la preparación física de juveniles de fútbol. Se trabaja todos los días, en medio turno o por la tarde o por la mañana, de acuerdo a las categorías. El objetivo es poner a los chicos físicamente en condiciones de competir. Se compite todas las semanas, el campeonato se juega todo el año y a veces participamos de torneos en el exterior como el del año pasado en Japón. Es como si fuera alto rendimiento por la cantidad de días de trabajo y horarios, pero obviamente dosificando las cargas porque son chicos que van de los 13 a los 18 años y cada edad tiene unas condiciones, unas características para trabajar que hay que respetar por su desarrollo físico.

_ ¿Cómo sería un día típico de trabajo?

O.L.: En general en la semana se reparte el trabajo con el trabajo del técnico. Nosotros competimos los sábados, por lo general el miércoles o el jueves, o a veces los dos días es cuando se hace concretamente entrenamiento de fútbol propiamente dicho. A veces el lunes o el martes, se trabaja más la fuerza, cerca de los partidos se puede trabajar la velocidad y la coordinación, la parte aeróbica, se va armando de acuerdo a la carga de carga de trabajo del técnico y a la planificación que uno haga.

_ ¿Qué tipo de complicaciones o dificultades acarrea trabajar con chicos de corta edad?

O.L.: Lleva un tiempo de desgaste el adaptarlos al trabajo, a las normas de conducta, a los que es un entrenamiento de todos los días. Ellos vienen de trabajar dos veces por semana, más los partidos, o a veces tres. No todos los chicos que están en las inferiores vienen de las infantiles de Boca, si no que también vienen chicos del interior, lo que lleva un tiempo de adaptación, muchos de ellos tienen el tema del desarraigo con la familia. Es un proceso largo y hay que trabajar mucho con la parte motivacional.

_Hace un momento me contabas que han competido en Japón ¿cómo es haber ido a participar allá, competir ahí?

O.L.: Me tocó viajar con un selectivo que se hizo de chicos de cuarta, quinta división y algunos de sexta. Los chicos compitieron con jugadores de edad de primera división, no profesionales. Eran universidades o colegios y después se fue participando en un torneo cuadrangular donde había equipos conocidos de Japón como el Yokohama Marinos, que es un gran club.

_ ¿A qué te dedicás fuera del trabajo?

O.L.: Además de trabajar en otras áreas de la profesión como dar clases particulares, tengo la suerte de tener una hija de un año y eso te absorbe mucho tiempo. Es muy lindo porque hasta que uno no tiene el hijo no sabe lo que es realmente, pude imaginárselo pero la realidad es otra. Si tenés la posibilidad de vivir de lo que te gusta, como yo que soy un agradecido de eso, no por eso hay que dejar la distracción, los amigos, la familia que en las buenas y en las malas son las cosas que a uno le dan ganas de seguir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!! Gracias por venir a mi humilde blog! =) El tuyo esta muy interesante.,voy a volver con mas tiempo,por ahora paso a dejar mis saludos!

Que estes bien!
=)

Diego Gonzalez dijo...

me gustaria comunicarme con osvaldo lerner...me podrias contactar
gracias