martes, 2 de julio de 2013

Fuera de sí

Representar las emociones los sufridos momentos de la vida, las alegrías que le llegan (aún si se da momentáneamente) a un personaje -histórico o ficcional- en teatro ¿desafía a ponerse en la piel de otro en todos los aspectos y sutuaciones mencionadas?
Yo pienso que eso es así, solo hasta cierto punto. Calzarse el traje de un Otro - personaje, es, al mismo tiempo, hacer de uno mismo personaje e imbricarle el personaje de uno mismo a quien sea que uno esté representando. Esa es una posibilidad, entre otras.
De la obra de William Shakespeare que leí, este año me estoy ocupando y preocupando de cuatro en particular, por un trabajo en teatro (del cual hablaré cuando llegue el momento).
Otelo, el moro de Venecia, perdió la cabeza, perdió su amor por medio de las mentiras y falsas apariencias que sabiamente Yago, supo hacerle creer. Ésta podría ser uan sintesis de la historia, de este libro que terminé de leer hace unos meses, de una de entre tantas reseñas que se pueden encontrar gracias a Pepe Gugle.
Y justamente sobre Otelo, hace unos días encontré un video (en inglés; aviso porque eso quizas sea una restricción para más de uno), que me resulta muy útil para meterme más en la piel del personaje (¿o más  bien de qué perspectiva es conveniente tener en cuenta para fusionarme con el personaje? Y así regresar al tópico que me sirvió para dar comienzo a ésta publicación).

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