martes, 8 de marzo de 2016

Capítulo XII. Camagüey



(Del 07/02)

Contentos, viajando a Sancti Spiritus. Salimos a las 6:20 y llegaremos a eso de las diez y algo.
Ayer visitamos la provincia de Camagüey. La ciudad, en la parte céntrica que fue la que conocimos, es muy linda, con una arquitectura muy bien preservada, limpia, con muchas plazas y parques muy bonitos (con numerosos juegos e inclusive en uno, zoológico) y en especial, un gran desarrollo cultural.

Durante el paseo y el recorrido por la ciudad que hicimos al llegar a la tarde, fuimos a la Plaza del Carmen, a ver las esculturas de Martha Jiménez y su centro/taller de arte. Realmente muy lindo, valió la pena.

Luego de volver a la casa a descansar, la salida que hicimos a la noche, inesperadamente, fue por lejos de las mejores de la vacación. Luego de dar vueltas buscando donde cenar, ya que todos los lugares interesantes desbordaban de gente, fuimos a un restaurante de comida italiana que por fuera nos pasaba completamente desapercibido. Resultó ser muy agradable por dentro y con un surtido de platos mucho más variado que lo habitual. Más allá de la pizzita que era correcta, quedó totalmente opacada por la entrada que pedimos. Un platazo de camarones rebozados muy calientes, de no creer de lo sabrosos. Inclusive el postre fue buenísimo. Flan con salsa de arándanos.

Para coronar la noche, luego fuimos a lo que fue nuestro programa principal, el Ballet de Camagüey. Sintéticamente diré que, habiendo contado con seis números y un intervalo (con escenas tanto de las más clásicas como también de danzas modernas y propuestas desafiantes), el espectáculo resultó soberbio y admirable, mientras que el público, una molestia tras otra...
Finalmente la experiencia camagúeyense terminó por resultarnos demasiado corta.

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