(Del 31/01)
Acá estamos en la terminal de Ciego de Ávila, esperando el micro a Santiago de Cuba que saldrá en una hora.
Hoy fue el cuarto y último día en el olinclusiv Hotel Sol Cayo Coco. Fueron tan gentiles como para permitirnos dejar todo nuestro equipaje luego del chiclaut en la recepción y como si fuera poco, para permitirnos una habitación de cortesía para bañarnos, luego de la playa.
Hoy nos tocó el clima ideal para playas de postal en las que aprovechamos a darnos una panzada de mar, fuera como fuera. El agua súper cristalina, fresquita, se podía disfrutar lo más bien de todo, para que abundar tanto.
Nos metimos varias veces al agua, nadamos (para mi sorpresa, pude abrir bastante los ojos bajo el agua mientras nadaba sin que me molestara), jugamos a tirarnos el uno al otro, troté y nos llevábamos tragos a la reposera. A puro quedarte viendo el cielo, mientras masas amorfas de nubes con sugerentes imágenes pasaban delante de columnas de otras nubes.
Ayer nos tomamos un colectivo (de esos de tipo turístico, con el primer piso descapotable) que recorre el camino a los 18 hoteles, entrando en uno por uno. Paramos en el Hotel Cayo Guillermo y almorzamos (estaba mejor provisto que el nuestro, por la variedad) y la playa (Pilar) de ese, fue tan linda como la de hoy.
También jugamos al bowling, al ping pong, cenamos dos veces en un restaurante gourmet, teníamos tele con canales que no tenés en otros cables e inclusive ayer estuvimos en otra habitación en la que pagamos más para tener vista al mar.
El viaje que haremos en un rato a Santiago de Cuba (lo más al oriente del país que iremos), será como de nueve horas, así que aprovecharemos para dormir toda la noche.
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